sábado, 30 de abril de 2011

- Emergency doctor come! Una carta escrita en 2009 desde el hospital

Casualmente hoy ha aprecido esta carta en la pantalla de mi PC. Es un poco antigua pero las cosas no son muy diferentes. En el Hospital de Mabesseneh siguen muriendo niños que en nuestro entorno vivirían.

No sois muchos los que visitáis este blog pero a los que lo hagáis recordar a vuestros amigos que necesitamos su ayuda para tratar a los niños de Sierra Leona. Apadrina un tractament sigue haciendose cargo de los gastos de hospitalización de los niños en el hospital pero como dentro de poco veréis en la memoria del año 2010 vamos un poco justos.


- Emergency doctor come!

Con esta orden imperativas lanzada a través de mi móvil, ha empezado hoy mi día a las 6,30 de la mañana. Otro amanacer de niebla y falsa lluvia (dew) presagiando un mal inicio de jornada. En efecto, al cruzar el patio del hospital, Jariatu, la enfermera de noche iba con los guantes de goma puestos. Eso significa muerto. Nadie en este hospital (o en todo el pais?) toca un muerto sin llevar las manos cubiertas. Se puede tocar cualquier miseria en un vivo pero en cuanto muere los guantes parecen evitar el contagio de la muerte. -"La cama 7 dr....". Allí yacía Mohamed Koroma de 15 años de edad, aun caliente. Parecía dormido, encogido sobre si mismo, en una actitud extremadamente dulce. Los ojos cerrados y los labios rollizos y tiernos esbozando una sonrisa. Os aseguro que era absolutamente angelical. Un angelito negro, como los de Machin. No se si esta expresión de debía a la pureza de su alma o a la morfina que le habíamos indicado unas horas antes. En todo caso creo que murió sin sufrir.

Desde el patio llegaban los gemidos desgarrados de un hombre solo, vestido con camisa roja y gorra de golf como la de Tintin. Se estiraba la ropa y alzaba las manos al cielo como si pidiera una explicación o un milagro. Pero en el cielo solo habían dos buitres que lo miraban con indiferenca. El padre de Mohamed solo tenía este hijo. Tras la muerte de su mujer dos años antes, él era el único sentido de su existencia. Impresionaba ver el cariño con que lo cuidaba y la complicidad de su relación. Lloró desconsoladamente en nuestros brazos. Sentimos su dolor y la fragilidad de la existencia. Como todos los muertitos de aquí, MOhamed abandonó el hospital envuelto en una hermosa tela de colores, azul, como el cielo después de una tormenta.

Un poco más tarde, a la hora del desayuna, Manuel nos contó la historia de Amidou y su padre. Amidu era un niño con una edad parecida a la de Mohamed, que estuvo ingresado aquí hace un par de años, al mismo tiempo que otra niña de la misma edad llamada MAriama. Ambos sufrían la misma enfermedad: limfoma de Burkitt en estado avanzado. MAriama era una niña hermosa y muy querida por todos, su madre Mamusu era y sigue siendo una mujer guapísima, espectacular ,inteligente y con una generosidad sin límites. Mamusu es peluquera en Lunsar. Tiene un pequeño local donde atiende y peina a muchas de las enfermeras del hospital. Algunas voluntarias, como Teresa, también se peinaron a lo africano en su peluquería. Pues bien, un día fue el cumpleaños de MAriama y su madre y las enfermeras del hospital le hicieron una fiesta y un pastél. Amidú, como no, estaba en la fiesta disfrutando como todos pero en un momento de silencio le preguntó a su padre que día había nacido él y cuando sería su cumpleaños. Al padre de Amidú no se le ocurrió inventarse una fecha. No tenía ni la menor idea de cuando había nacido su hijo, y así lo dijo. Mariama murió y se enterró en Lunsar, poco después lo hizo Amidú, pero, como su padre no tenia recursos, el entierro de Amidú se hizo en el cementerio del hospital que esta en una esquina del recinto, junto a la calle de MAbesseneh.

Acompañado por la memoria de Mohamed esta tarde he ido al cementerio, a buscar la tumba de Amidu y honrar su miseria y también por la curiosidad por ver si había alguna fecha en su lápida. No hay lápida, ni fecha ni siquiera señal de su ubicación. Solo unos relieves en el suelo, cubiertos de maleza, indican que la tierra se removió y se amontonó por lo que fueron varios cuerpos enterrados en paralelo a pocos metros de distancia. En este cementerio solo hay dos lápidas, una, mas lujosa, pertenece a HA Blake que al parecer fue un aspirante a hermano de SJD que falleció hace muchos años. La otra pertenece a Cathleen Dumbuya fallecida en el año 2007 a los 18 años de edad. La tumba consiste en una cruz de cemento de unos 50 cm de altura y 10 de anchura en la que hay grabado un rosario de color rosa. En el cruce de los brazos está la fotografía de CAthleen, una hermosa joven como todas a los 18 años.

Mamusu la madre de Mariama, hizo amistad con las enfermeras de pediatría y después de la muerte de su hija, en agradecimiento al cariño recibido, quiso ofrecer su trabajo como manicura y peluquera a los niños ingresados. Mamusu nos alegra ahora con su presencia un día a la semana. Corta las uñas y peina a los niños ique lo requieren. La manicura aquí, se hace con una hoja de afeitar tipo gillete o Sevillana.

Un abrazo a todos y recordar que Mohamed, MAriama, Amidou y muchos niños más, se atienden gratuitamente en este hospital gracias a los socios de APADRINA, los amigos de MAbesseneh que esperamos que cada dia sean más numerosos.

XAvier