viernes, 17 de julio de 2009

carta de Sophie



Laura Picón, la pediatra argentina que durante 6 meses ha estado trabajando en Mabesseneh regresa a España. Ahora están allí Roser Garrido y  Rosa Gil. A ellas les  tocará ahora vivir y sufrir alguna historia como esta que nos envía Laura en boca de Sophie….. pero como dice ANA, no somos nosotros los que sufrimos sino ellos, los preciosos niños de Mabesseneh que no llegarán a ser adultos.


CARTA DE SOPHIE:


Hola, me llamo Sophie, tengo 4 años y quiero contarles una historia, no es muy divertida, pero es la mía.


Cuando nací,  mamá tenía 17 años, el parto fue en mi casa, todo fue bien pero un día  que tenía mucha sed, poco después de cumplir un año, me confundí. Creyendo que era agua  bebí la sosa cáustica que mamá usaba para lavar la ropa. A muchos niños les pasa lo que me pasó a mí. En otros países, por ley, los cáusticos tienen que estar en botellas especiales con tapón de seguridad pero aquí la usan a granel y la  ponen en cualquier envase vacío. 


Después de beber ese líquido, me quemé por dentro y no podía tragar nada y entonces  mi abuela me llevó al hospital de Mabesseneh, allí me ingresaron. Mi familia es muy, muy pobre, pero gracias a apadrina, todo el ingreso fue gratis. Primero me hicieron una foto mientras tragaba un líquido, donde confirmaron que el esófago se había cerrado, luego el Hermano Manuel, el cirujano, me hizo un agujerito en la panza (estómago) para que pudiera comer.  Mi abuela aprendió a manejar la manguera que salía de allí, y después de un mes me dieron el alta. 

Por fin iba a estar con mis papis y mi hermanita, pero el problema fue que mi mama no entendió muy bien como era esta forma extraña que ahora tenia de alimentarme y cuando tenia hambre me daba de comer por la boca, yo al  ratito escupía y así fue que me desnutrí un montón,  me acuerdo la primera vez que la doctora me vio así, se enojó con mi mamá y decidió ingresarme, le ayudó a pagar la historia clínica pero lo mismo  nos escapamos. Las veces siguientes fui con mi abuela, a ella las doctoras le confiaban  más, pero tampoco aceptaba ingresar, claro porque que si se quedaba conmigo no podía cuidar a mis primos y a mi hermana….y es que durante 2 meses mi mama se fue, con la “sociedad secreta “. Le tocaba hacer los ritos de iniciación, yo no sé muy bien en que consisten….. Por suerte, en esta ocasión, mi abuela y las doctoras hicieron un pacto, me regalarían una súper leche especial (F75) y unas papillas a cambio de que yo cada 4 días  volviera a curarme y a control de peso. Volví 4 o 5 veces pero no se porque motivo yo continuaba perdiendo peso, ya casi no tenia fuerzas para jugar y recuerdo la ultima vez, mi doctora lloraba pidiéndoles que me ingresaran, le pedía a todo el mundo que le tradujeran lo mismo, que convencieran a mi familia que necesitaba ingresar para salvar mi vida pero ellos no querían, no confiaban seguramente en que pudieran salvarme, ni en Makeni (donde está el centro de malnutrición severa), ni en Mabesseneh. 

La doctora finalmente le pidió a mi abuela: - give me the pikin. Mis padres aceptaron, ella tuvo que averiguar con una abogada como se hacían todos los trámites de adopción,  el día que habíamos quedado para que me quedara con ella, fuimos todos al hospital mama, papa, abuela y mi hermana (siempre prendida a la teta de mi madre). Cuando la doctora me vio se puso feliz, pero luego nos hizo ir a hablar con la jefa de las enfermeras y con el director del hospital, ellos les explicaron bien que yo podía curarme, una vez que me recuperara de esta desnutrición. Con el programa CUIDAM los niños viajan a España se operan y luego vuelven, para continuar su vida normalmente. Después de esta charla, cambiaron de opinión, aunque mi mama estaba enojada, se quedo esa noche en el hospital para ir al día siguiente con la doctora a Makeni.

Esa noche no paré de llorar, mama no me pasaba bolilla,  estaba enojada conmigo, pero vino la doctora, me alzó  y  mientras veía los otros niños ingresados, me dormí en sus brazos.

Al día siguiente, fui caminando al baño detrás de mi mama,  y luego, sin ninguna causa clara, mi corazoncito se paró. A pesar de que me pusieron muchas inyecciones, y llegó sangre de inmediato y me daban oxigeno sin oxigeno (porque era muy temprano y todavía no había luz)… los gritos de mi mama se escuchaban en el patio del hospital… y  sobre mi, caían las lagrimas de la doctora  mientras me hacia masaje en el corazón.


Ya les advertí que esta historia no era divertida, pero es o ha sido de verdad la mía: Casi me adoptaron, por poquito no fui a Makeni ni a operarme a Barcelona. 


Mi hermanita sigue prendida a la teta de mi madre y mi doctora vuela a Europa dentro de unos días. 

Sorry por contarles todo este rollo.


Sophie


1:- Apadrina un  tractment se hace cargo de los gastos de hospitalización de los niños de Mabesseneh. Ayudanos haciendote socio de nuestro programa. Colabora a través de nuestra WEB:   "http://www.apadrinauntractament.org" 

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